sábado, 12 de noviembre de 2016

Bucle






No me hubiera importado vivir para siempre en el mismo día contigo.
Sacrificar la eternidad por la inmediatez del momento.
Repetir hasta la extenuación  aquel día hace muchos meses cuando nos conocimos.
El día en que gritamos juntos por primera vez.
Donde la valentía nos unió de forma irreversible haciendo el mundo  un poco mas bonito.
No me hubiera importado quedarme a vivir para siempre en ese bucle temporal.
Me hubiera dado igual si tu hubieras querido.
Si te hubieras aferrado a mi con fuerza.
Si me hubieras demostrado que valía la pena que nuestras voces rompieran juntas el silencio.


Pero mi voz para ti nunca emitió ningún sonido.Para ti mi voz fue solo un murmullo.


El tiempo me ha demostrado que no volverás a agarrarme la mano con ímpetu de nuevo, que a pesar de saber lo difícil que es para mi lidiar contra este viento que a veces me deja sin habla no estarás tras esta niebla contra la que lucho.




Llevo meses luchando por extirparte de mi vida.
Te he arrancado de cada rincón, de cada espacio.


Pero de algún modo, de forma irremediable por mucho que te aleje me invocas.
Te empujo hacia el vació y te encuentro en los lugares menos pensados.
Te abres paso entre las barreras.
Diluyes lo que es solido y permanente.
Lo que construyo con mucha fuerza de voluntad y grandes dosis de auto control.

Vuelves de entre los muertos, pero no para mostrarme que sigo siendo alguien importante en tu vida.
Tan solo reapareces para ver en que sentido puedo satisfacer tu interés personal, para ver de que modo puedes sacarle partido a mi existencia.
Ni siquiera te importa mi dolor o las complicaciones que afronto.
Mis problemas son solo un lugar distante y lejano que nunca elegirías como destino para tus vacaciones.


Y aunque siga siendo lo suficientemente estúpida como para sentir tristeza por ello, aunque este bucle temporal en el que llevo viviendo durante meses al principio me resultara un lugar cálido y seguro no volveré a el.




No lo haré porque hasta yo misma se que  merezco alguien mejor.



Me merezco a alguien que no tenga miedo. Alguien a quien no le tiemblen las manos cuando abarque las mías. Alguien que pueda ser un refugio al que poder volver, una puerta de emergencia en la que esconderse del horror y la miseria, de la indiferencia y la crueldad del mundo.




Así que no vuelvas. No insistas en hacerlo.


Me has estudiado lo suficiente como para saber que conmigo siempre es todo o nada.
Sabes que siempre intento ser honesta con lo que pienso y con lo que siento.


Conoces a la perfección lo mucho que me duele decir adiós pero dentro de ti en el fondo eres consciente de que cuando lo hago, cuando me marcho lo hago para siempre.




Y hace meses, hace muchos meses que te dije adiós.



Siempre le tengo miedo a los fantasmas. Pero tu ni siquiera has luchado para ser uno de ellos.



Así que no vuelvas.



Ni siquiera traes contigo el frió del otro mundo.
No tienes nada nuevo que enseñarle a este cuerpo.
Nada con lo que arropar esta mente.
Nada con lo que vencer al tiempo.



Luchar es una declaración de amor.

Pero tu dejaste de luchar a mi lado hace ya mucho tiempo.


Ahora lucho sola y saberlo cada día me da menos miedo.