jueves, 27 de septiembre de 2012

Jayme solía ir al cine cada fin de semana



Le gustaba intentar averiguar el argumento de las peliculas y joder a los telespectadores idiotas que se tragaban horas y horas de mierda hollywodiense.
A veces sentia que asistia a un ritual dispar.
Le parecia que un gordo asqueroso y repugnante con problemas mentales se masturbaba desde su casa intentando aumentar su capacidad cerebral e imaginativa.
Pero creia que el invento nunca solia salir del todo bien y al final el gordo seboso metia su lefa en un bote y la pasaba por la pantalla , para salpicar a todos esos gilipollas del primer mundo.
Le hacia gracia pensar que cualquier tarado sin cerebro podia producir algo que algunos pudieran apodar de obra de arte o usar cono tema de conversacion en charlas banales.
A veces el gordo seboso ponia en la pantalla a un actor jodidamente joven que pasaba la mitad de la peli sin camiseta y solia intentar imitar al grandisimo James Dean para quedar a la altura de sus mocasines.
Observaba tambien algunas peliculas independientes que los mas enterados en cine le recomendaban.
Algunas ni siquiera salian en la pantalla y tenian el valor de impactarlo de sobremanera.
Otras eran la obra de un sociopata de 40 años que veia demasiadas pelis snuff y tenia una imaginacion sadica.

Aquella noche llevaba un regalo especial guardado en la mochila.
Se coloco en la fila del centro.

La peli que estaba en escena era una comedia tonta de Julia Roberts.
Joder.
Cuando se jubilaria esa zorra, ninguna crema antiarrugas duraba tantos años.
Una cosa era ser la novia de America y otra verla hasta en la tapa del vater.
Zac Efron hacia de su hijo en la cinta.
Y era un pequeño rebelde que pasaba toda la cinta mostrando su biceps mientras intentaba no llorar delante de la chica que se la ponia dura.
La madre y el hijo tenian problemas por la edad del chaval pero al final la cosa se arreglaba y la pobre mujer conocio a un pretendiente perfecto en chatroullete mientras su hijo se quedaba con la pequeña zorra a la que intentaba impresionar.
De repente miro a la chica de enfrente.
Estaba hablando con el whacchap ese de las narices.
Llevaba toda la peli hablando con un contacto que tenia letras fosforescentes y tenia como nick: ''lA lOOrE''
Hubiera podido vivir sin ese detalle sino fuera porque la chica no hacia mas que mandar y mandar mensajes a esa descerebrada.
Lo mejor era que la pobre chica estaba a su lado.

A donde habia llegado el mundo.

A su izquierda una ama de casa sonreia cuando Julia Roberts salia en la tele.

-Ohhh se conserva tan bien-solia decir.




Era el momento oportuno.

Cojio la pistola y no dudo mas.

Se la coloco en la boca y se volo la cabeza.


No se percataron de ello hasta que la chica del whacchap se dio cuenta de que tenia el movil lleno de sangre.

Jamye se voló justo cuando Julia Roberts se casaba. La ama de casa lloraba emocionada y chillo de terror al ser salpicada por sus sesos.

Jamye no había parado de repetir una frase en toda la película .
El arte ha muerto.
Nadie lo había escuchado hasta que la evidencia fue inminente y dejo la sala llena de vísceras,sangre y putrefacción.

Pero Jayme cometió un error de procedimiento.

El arte llevaba muerto hacia mucho tiempo.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

La ciudad nos ofreció un banquete


bastante distinguido.
La inercia servia la mesa mientras el extasis iba cocinando los platos con los que habíamos soñado durante años.
Lo que era un alimento creado a base de sueños se convirtió en ponzoña.
Pero nos lo bebimos todo.
Nos bebimos la maldita vida.
Con lo peor y lo mejor que podía ofrecernos.

Nos servimos el plato con nerviosismo.

Teníamos miedo de que esta ciudad nos olvidara.
De que los coches vivieran navegando sobre el asfalto de nuestros huesos.

Teníamos miedo de que nuestras iniciales fueran eso.

Solo un par de iniciales.

El postre era delicioso.
Se podía morir por darle un bocado.
Lo trajeron con gran frenesí y un poco de escepticismo.


-Todos lo piden- nos comentaron.

Y eso ya lo sabíamos.

Porque nuestra vida solo era el reflejo en el que otro busca no ver su rostro viciado.

Pero poco nos importaron los mirones que pegaban sus narices en las ventanas.

Hoy les tocaba anhelarnos.

La libertad era deliciosa, tan deliciosa que repetimos.

Y cuando ya no quedo mas sitio dentro del organismo.

Vomitamos.

Vomitamos 

ciudades,nombres,caminos,lugares,besos,lagrimas,dolor,rencor, hastió, ilusión,esperanza...


Lo vomitamos todo sobre bocas extrañas mientras clavavamos con sangre nuestro nombre en pieles ajenas.

Y fue maravilloso.



Pero después del banquete nos arrugamos sobre nuestra silueta.


Lo importante no es la ciudad.

La ciudad nació para olvidarnos.

Somos nosotros los que la hacemos grande o pequeña.


La ciudad solo era un pretexto para hacer que nos encontráramos.

Pero siempre se nos dio mejor perdernos.









Hasta olvidar donde nos encontrábamos y volver a culpar al tiempo.



El  tiempo, ese tirano cruel, sobre el que queremos escribir nuestro nombre.



Cuando lo único importante consiste en que el no enmarque el suyo en nuestro corazón.



Que no nos rasgue el corazon.


Por nada del mundo.


Porque cuando lo hace, cuando lo consigue nada vuelve a ser lo mismo.

martes, 25 de septiembre de 2012

La mosca



Un día cualquiera ,un recién nacido rompe en llanto.
En la calle de al lado una pareja pasea por la ciudad emocionada.
El padre de uno de sus amigos,ya anciano,acaba de exhalar su ultimo suspiro en un hospital lejano.


Y atraída por el bullicio de la gran ciudad, la mosca se adentra en una casa cualquiera un frió día de Enero.
El frió ha dejado su marca en el viento y le cuesta resistir las altas temperaturas.
La mosca decide resguardarse del frió al observar aquella ventana que se entreabre insinuante para cobijarla.
No sabe porque pero no tarda en cruzar rápidamente el espacio rectangular que es aquella habitación.
Y en las paredes un cielo raso de papel pintado se dibuja a modo de bóveda estelar.
Y la mosca no siente ninguna desazón al oír las risas burlonas de unos niños.

Su mirada es algo que no la atraviesa.

En aquel lugar hace calor. Un calor que le proporciona un sopor casi instantáneo.

De repente todo se cubre de  oscuridad.

La habitación  ha desaparecido, la casa apenas es una sombra.
Y el mundo se ha desdibujado para volverse un lugar incierto y misterioso.

La mosca intenta volar pero algo le impide ascender y no para de toparse con obstáculos.
Marcha frenética de arriba a abajo buscando la salida pero se siente tan desorientada entre aquel sinfín de oscuridad que decide esperar.

Espera paciente hasta que de nuevo vuelva a aparecer el cuarto tal y como lo conoce.

Recuerda el momento casi instantáneo en el que cruzo aquella ventana.

Uno no sabe porque se lanza a lo desconocido.
No mide el riesgo , ni el peligro de sus acciones.
No actúa pensando en las consecuencias.

La mosca intenta levantarse del suelo pero algo la sostiene de las alas.
De repente siente que todo su cuerpo arde.
El aire huele a quemazón.
Sabe que posiblemente sera un intento fallido.
Pero vuela.

Vuela como Icaro al acercarse al sol.

Sabiendo que posiblemente ese intento,ese acercamiento,ese riesgo no traiga mas que su propia destrucción.

Pero no puede evitar volar.

Es mecánica, voluble , rápida y apenas sabe del temor.

La mosca se erige cuan Icaro y no desiste un solo segundo.

Pese al fuego, pese a las risas de los niños, pese a aquel cielo raso pintado en la pared que prometía la gloria y la arrastro al infierno.

Juega sin saber las reglas, sin tener noccion alguna del juego.

Vive la vida como un pasatiempo que se ejecuta con pasión.

Aunque la pasión la consuma en un minuto.

Es una valiente y una cobarde.

Es una superviviente.

Es el anciano al que los surcos de su cara le revelan el tiempo pasado.
Es un joven que ve alejarse la infancia con la muerte de un ser querido.
Es un condenado a muerte el día de su ejecución.

Mirando un trozo de cielo y acercando su mano a las rejas.
Soñando con ganar aunque todo este perdido.

Viviendo sus últimos minutos como si fueran los mejores años de su vida.

Y la mosca vuela y se convierte en Icaro.

Porque no le queda otra posibilidad.

Porque no sabe vivir de otro modo.

Como tu , como yo.

Tiene el instinto de supervivencia en el adn.



domingo, 23 de septiembre de 2012

Encontró a una mujer en la calle


y la cubrió de besos.
No sabia absolutamente nada de ella pero había algo en el azul de sus ojos que lo tenia fascinado.
Encontró a una mujer en la calle y la vistió y peino sus cabellos.
La llamo Pandora antes de que le dijera su nombre.
Hizo el amor con ella aunque su cuerpo estuviera tan frió como el mármol.
Y busco en cada pliegue de su piel algo que tallar a su imagen y semejanza.
Y así fue, tramo a tramo,cincelando su cuerpo a base de caricias y embestidas.
A base de golpes y arreglos.
Y cuando Pandora se mostró como una obra de arte ante sus ojos pudo sonreír satisfecho.

Pero Pandora lloraba cada noche recordando un hermoso cuento y deseaba contarselo mas que nada en el mundo pero cuando iba a pronunciar palabra veía su sonrisa esplendorosa convirtiéndose en una mueca desesperada.
Su abuela decía que antaño las almas de los que se quitaban la vida de manera prematura permanecian en un bloque de mármol hasta que un escultor las tallaba.
La profecía decía que algunos creían de manera incierta que el mármol contenía toda la naturaleza del mundo.
Pero el que colocara su mano sobre el estaba condenado a no sentir mas que frió.
Muchas noches los hombres y las mujeres se veían seducidos por la idea y salían de su inercia de imprevisto convirtiéndose en artesanos.
Algunos incluso abandonaban a sus familias con tal de producir y producir miles de estatuas que los contemplaran con todo aquello que unos ojos humanos no podían ofrecer.

Pandora sabia que aquel hombre era un artesano.
Lo sentía en la forma que le hacia el amor y en la manera que tenia de deleitarse contemplando el azul de sus ojos.

Por eso aquella noche decidió dejar aquel libro encima de la cama y se marcho de la casa.
Sabia que en aquellos escritos estaba contenida toda su imperfección.
Su historia,su pesar,sus alegrías.


Espero toda la mañana una llamada que nunca llego.
A esas horas el debía haber comenzado a leer.

Pandora había abierto la caja y se habían desatado miles de incertidumbres y miedos.
El horror,lo inconfesable, las rarezas deambulaban como la peste, la malaria o el homicidio por la mente de su amante.


Pasaron horas y horas y nadie la llamo.

Pandora había abierto un pozo hondo hacia el infierno y estaba claro que nadie le daria la mano a la criatura que habitaba bajo su hermosa piel aquel esplendoroso cuerpo.
Pandora lo sabia.
Que podía cruzar el cielo de manos de quien quisiese, pero que pocos se arrojan al infierno para rescatarte de ti mismo.

La única cosa que no había tenido en cuenta era esa.

Un artesano no es mas que un creyente fiel.

No se interroga,no busca.
Acepta la verdad sin indagar en la mentira.
Cree amar como un Dios a todo lo que este tallado a su imagen y semejanza.
Y busca la perfección para olvidar que por mucho que su vanidad lo eleve hacia las deidades su cuerpo esta hecho de imperfecciones y su mente poblada de cataclismos.

La vanidad puede esconderlo todo, puede hacer a alguien el mejor artesano.

Pero no puede hacer a alguien amar.

El amor surge de los detalles, de las imperfecciones.

Los dioses no deciden amarnos por nuestra entereza.

Lo hacen por nuestros pecados.

sábado, 15 de septiembre de 2012

¿Sabes?


Ya no queda nada de lo que una vez fuimos.
Le dijo una noche mientras contemplaban aquel destartalado edificio donde estudiaron juntos hacia años.
Marie suspiro y sintió una especie de pena que le anudo la garganta.
-Si,parece mentira que aquí viviéramos tan buenos momentos. Pero supongo que los lugares siempre mueren. Se compran, se venden, se alquilan.
El nuevo dueño no tiene la delicadeza suficiente para caer en la cuenta de que dentro del recinto que ha comprado viven miles de recuerdos que no le pertenecen.

- Quizá la belleza de los lugares no este en la manera en la que el tiempo los cambie.
Quizá la belleza solo subsista del propio recuerdo.

Marie lo observo consternada y con un cierto aire de ironía en la mirada.

-Si Julian, pero cada golpe que le da el tiempo a uno de los lugares que vivimos como propios solo demuestra algo singular.

-¿Que?

-Que nos estamos haciendo viejos.




Julian la miro con una mueca y no volvió a pronunciar palabra pero sabia que aquella noche los dos tenían la misma preocupación.

Julian recordaba a la perfección aquel día donde tomaron el tren para ir a casa de sus padres.
Era la primera vez que había invitado a Marie a su casa para pasar unas navidades.
Mientras el tren marchaba Julian no pudo evitar detener su mirada en el paisaje.
De repente un solo detalle cubrió un terreno misero en algo esplendido.
En un pequeño paraje lleno de arboles frondosos se cernía la figura de una cabra montesa escalando unas rocas.
Julian se quedo maravillado observandola y intento llamar a Marie , pero dormía sobre su regazo.




-Es una pena , pensó.

La belleza consiste en estos pequeños detalles pero de nada sirve observar toda la belleza del mundo si estas solo para disfrutarla.

Cuando Marie abrió los ojos quedaban cinco minutos para llegar a casa y Julian tenia los ojos llorosos.

-¿Que pasa?-le dijo

-Nada-comento el.



Marie nunca se había parado a observar los pequeños detalles que la rodeaban. Y tal vez si lo hubiera hecho podría haber cambiado ese mohin de tristeza que tenia tatuado en el semblante.
Pero Marie nunca lo había entendido.


Nunca lo había entendido del todo.


lunes, 10 de septiembre de 2012

El tigre mira ensimismado desde su gran jaula







De repente una mano se mueve ondulante entre una reja.

La carne no tiene color ni ética en su filosofía.

Le basta con que este cruda y pueda servirle de almuerzo.

El tigre no cae en grandes debates a la hora de vérselas con sus victimas.

No recae en sentimentalismos o banalidades para aceptar premisas.

Sabe que en su vida solo existe una única ley : devorar o ser devorado.

Lo debió aprender instintivamente.
De la misma forma en que aprendió a cazar ñus.

De repente un día abrió los ojos y se vio rodeado por otra manada.

Depredadores fuertes y silenciosos a los que podía aplacar de un zarpazo.

La hembra,su madre, los miro desafiante, y escondió a sus crías con cautela.

Iba a traer comida fresca aquella noche a casa.

De repente aquellos seres patéticos y minúsculos que se alzan sobre dos patas sacaron unos artilugios alargados con los que enfocarla.

El golpe es inminente.

El tigre sabe que lo único que puede salvar su vida es correr.

Y por eso corre hasta perderse en la selva.

El tigre no asimila la muerte ni tampoco la cautividad.

En el no crecen ansias de venganza o de reclamo.

Lo único que lamenta es no haber atacado primero.

El felino esta a alerta sobre cualquier ataque.

Nadie pide morir. Nadie pide nacer.

Pero todos nacen y mueren a ritmos vertiginosos en la manada.

De poco le serviría un cerebro.

Es poco practico.

Demasiado sentimental, demasiado rudimentario.

El tigre se dirige hacia una nueva presa cuando se fortalece al cabo de los años.

De repente descubre una manada de gacelas.
Empiezan a correr despavoridas cuando caen en la cuenta de su presencia.
Pero no tiene miedo a la rapidez de sus piernas, las mas jóvenes, las crías,son presa fácil.

El tigre se desliza sobre una de ellas y la destripa de un solo bocado.

No hay pena ni gloria solo sangre en sus fauces.

El carnívoro no tiene piedad.

La única certeza que ha tenido en su vida es que algun día no muy lejano el también sera cazado.

No sabe de dioses,de mal,bondad o remordimiento.

Es cruel por instinto.

No ha escogido la crueldad como forma de vida unida a la inteligencia.

La crueldad lo ha elegido a el.

¿Que haría con un cerebro?

Quizá el no saberlo hace que arranque el brazo de esa niña , años mas tarde, en aquel zoológico.

Al tigre no le hace falta mirar hacia atrás para saber que alguien lo apunta a sus espaldas.

Siempre ha tenido esa constancia.

Siempre ha tenido ese miedo.

¿Pero acaso se podía esperar otro comportamiento de el?

No ha elegido la crueldad.

La crueldad lo ha elegido a el.

De repente siente como un golpe seco en el pecho.

Se detiene en seco.




Y muere.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Supo que padecía de insomnio



después de semanas.
Por la noche la embriagaba un miedo atroz e innombrable que se hacia eco en cada poro de su piel.

No le temía a la muerte ni a la frialdad que adquiere un cuerpo cuando deja de respirar.
Su enemigo era mas violento que la propia inexistencia.

En el fondo lo único que la aterraba era mirar debajo de la cama y comprobar que todas sus sospechas eran ciertas.

Que el monstruo que la aterraba desde su tierna infancia, había tomado ese escondite como morada eterna.

Su miedo no residía en que aquel ser despiadado la exterminara en un segundo.
Tenia miedo de observar su rostro con cautela y descubrir que se le asemejaba.


Era Narciso viéndose de repente tal cual era y cayendo bajo las sombras de su propia figura hasta perderse en si misma.

¿Pero no era ese un miedo bastante común?

El contemplarse de cerca sin maquillaje ni artimañas.

Tenia siete años






cuando paso aquel fin de semana con sus abuelos.
Lo recuerda vagamente,como una anécdota mas,pero con un infinito cariño.
Había pasado la tarde ensimismada,viendo sin ver, analizando todo lo que la rodeaba.
Hasta que dio con aquel libro en el fondo de una estantería.
Es curioso como uno puede llenar de polvo y suciedad una reliquia de la calidad de aquella.
Pero las mejores cosas de la vida están escondidas a la visión común.
Aquel día lo supo al abrir la primera hoja.

Supo que la vida es como esos libros que te encuentran , como esos libros que te eligen sin necesidad de que los elijas tu.
Que la vida son esos pequeños detalles que lo marcan a uno para bien o para mal.

Supo que en la incertidumbre y en la falta de certezas esta la mejor orientación.

Que las mejores cosas de la vida ocurren de imprevisto, sin pedir permiso para introducirse en tu día a día.

Sin tener en cuenta las cerraduras,los limites o las fronteras.



Irrumpiendo en la vida con fuerza y coraje.



Tenia siete años cuando empezó a comprender la vida.
Pero pasarían muchos mas hasta que entendiera que algunos vivían de esos pequeños momentos.
Sin decidirse a tomar un camino u otro, analizando las posibles vidas que podrían haber vivido, los momentos que se habrían perdido.
Escrutando todas las posibilidades hasta que se les escaparan de los dedos.
Abandonando una opción u otra por fuerza mayor.

A veces aprendiendo sobre la delicadeza de las cosas con la mera observación.
Y otras aprendiendo a caminar a base de golpes,dolor y hastió.

Sin pensar en encontrarse sin errar.

Sabiendo a ciencia cierta que en los errores  y en los giros bruscos del destino residía el verdadero conocimiento de uno mismo.

Y ojala hubiera podido aprender a vivir de otra forma.

Pero habría sido infinitamente mas aburrido.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Habian echado a Alfredo del trabajo





hacia semanas.
Con cuatro hijos y una hipoteca le fue imposible llegar esa tarde a casa y comunicarle a su mujer el despido.
Entro a una de esas tiendas que habían abierto desde que el derecho al suicidio se había convertido en algo que cualquiera podía ejercer pagando un módico precio.
Pensaba gastarse su finiquito en alguna de esas sogas multiusos o en algún objeto punzante.
Hacia unos años el gobierno había robado  todas las armas,los objetos y sustancias con los que alguien pudiera inducirse al suicidio.
Los habían privatizo y ahora se podía acceder a ellos por unos cuantos miles de euros.
Una vez entro en la tienda consulto varias formas de quitarse la vida en el catalogo.
Entre la soga multiusos,las pistolas, los objetos punzantes y estupefaccientes o psicotropicos, se encontraba un pack que incluía una copa de gin tonic mezclada con algun potente veneno.
Lo único malo es que todas costaban cerca de mil euros.
Le pidió a la dependienta que le mostrara algunas de aquellas sogas y cuando las trajo, cojio una rápidamente y salio corriendo de allí.
La mujer llamo rápidamente a la policía y antes de que pudiera usarla lo atraparon.

-Ya sabe que el gobierno no regala suicidios gratis. Esto le costara un año de condena.

-Un año de condena?-chillo enloquecido el hombre.
Tengo cuatro hijos que mantener, vamos, ayer mismo soltaron a un pederasta que asesino a siete niños después de dos años, y a mi me dan un año por esto.

-El robo al estado es el peor delito que se puede cometer- enunciaron ellos.

Entonces de repente se le ocurrió una idea brillante.

De inmediato se tapo la nariz con una mano y cerro fuertemente la boca.
Poco a poco fue perdiendo la consciencia y cayo asfixiado al suelo, ante la mirada de los policías.

-Vaya, uno que no ira a oposiciones- comento uno riendo.

-Si-dijo otro jactándose.

-Bueno ahora vamos a tomar algo al McDonalds,me han contado que ahi varios funcionarios trabajando y no podemos permitir que cualquiera con máster y licenciatura pueda acceder a semejante puesto de trabajo.

-Vale-dijo su compañero

- De paso te comento por encima eso de la nueva ley de anticonceptivos. Según parece han creado unos nuevos que pueden hacer que el feto nazca muerto después de meses de gestacion.


-Con tantos nacimientos fallidos y suicidios prematuros legalizados a un bajo coste el país remontara.Seguro. No hay nada como recortar ya desde el útero.

Sacrilegio





Nunca lo conoció profundamente.
Se vieron por primera vez en una clase de ingles mientras la maestra daba un discurso acerca de la formación de los verbos.
Ella notaba una mirada clavada en su nuca y cuando se giraba , observaba un par de ojos penetrantes escrutándola.
El llevaba ese halo de misterio que luego se fue sintetizando en bares a base de brindar con copas de absenta.
El misterio que la cautivo poco a poco fue quedando al descubierto.
No solía hablar mucho de si mismo, pero le comento que su apellido era Rimbaud con una risa insolente y que sus amigos le solían llamar Arthur.
Ella que no era muy leída lo tomo como una afirmación y no le dio mas vueltas.
A veces entre trago y trago solía perder la mirada imaginando las voluptuosas formas de una amante perdida.
Entre suspiros y quejidos solía vomitar nombres sobre la mesa como Beatriz o Laura.
 Y ella tenia un miedo aterrador porque el le comentaba que había cruzado cielos e infiernos para buscar a la tal Beatriz,pero nunca había estado a su altura.
Era un hombre cabizbajo de profundo e irritable carácter.
Bebía de un modo frenético y salio hacer apologías al sexo de un modo analgésico.
Pese a sus 20 años , a veces parecía un hombre de 40 perdido entre miles de mujeres , botellas vacías y una infancia rota.

Poco a poco fue descubriendo que adoraba hacer el amor en cementerios , porque decía que en cada orgasmo oía el susurro de una musa perdida.
Pero ella fue descubriendo la verdad de forma bastante patética.
Un día al visitar su casa descubrió que tenia encima de su cama unos móviles de calaveras que giraban sobre su cabeza a modo de canción de cuna.
Decía que tenerlos sobre su cabeza le procesaba una inspiración especial en mitad de la noche.

Aquella noche, acostada a su lado, descubrió que dormía plácidamente sobre todos aquellos desechos de genialidad.

Pero a ella algo le quitaba el sueño. Anduvo por la casa somnolienta hasta que encontró el sótano y se adentro en el buscando respuestas.
En los libros de aquella casa descubrió la farsa de vida de su compañero.
Y comprendió que podía marcharse de allí sin necesidad de inquietarlo.


Nunca llego a conocer a aquel hombre pero dos años mas tarde leería sus obras.


A menudo solía llorar cuando pasaba pagina tras pagina.

Todos los diálogos que usaba solo eran una cita.

Y su profunda falta de creatividad no era mas que la señal de lo perdida que estaba su generación.

Nunca fueron mas que miles de enamorados de ideas añejas que no tenían valor o genialidad para crear algo puro,nuevo e incorruptible.

Si sus padres y sus abuelos habían superado una gran guerra , ellos debían hacer frente a enemigos invisibles que jugaban con hacerse cargo de sus cuerpos.

Su tremenda falta de valores, de ideas y de sueños solo dejaba clara una premisa.

Se habían fumado así mismos con la fija idea de demostrar que cualquier mediocre podía rehacerse con letras ajenas.

Se habían fumado así mismos y lo único que quedaba de ellos era el humo de sus cigarros.

Humo y un corazón que solo palpitaba al descubrir una emoción ajena.

Porque aquel humo era fruto de su profunda falta de pasión.

Y sin pasión.

Sin pasión la vida no tenia sentido, y la existencia se convertía en una simple referencia.

martes, 4 de septiembre de 2012

Malformaciones congenitas



Siempre tenia el mismo sueño. Su coche se quedaba parado en medio de un bosque y de súbito se veía rodeado por decenas y decenas de niños que lo asediaban .
Hubiera sido irrisorio concluir la historia diciendo que eran todos mancos.
¿Que diantres le podían hacer aquellos lisiados?
Pero el terror no estaba en sus frágiles cuerpos sino en el poder de sus miradas penetrantes y claustrofobicas.
Debería bajar, siempre se debatía de noche lleno de tensión ,pensando que debería bajar de aquel coche.
Y correr.
Correr muy lejos para escapar de aquella carretera y de la desoladora mirada de todos aquellos niños llenos de malformaciones.
Pero se quedaba allí , encerrado en su coche, contemplando como todos aquellos niños le chillaban palabras inteligibles.
Desde que nació Ariel había comenzado a sufrir aquellas pesadillas , que siempre eran sofocadas por el abrazo calmado de su mujer.
Pero ni siquiera todo el cariño que se empeñaba en mostrarle  podía apartarlo de aquellos parajes.


Aquella noche se consoló tomando un vaso de whiski.
El alcohol siempre le había ayudado a dormir mejor.
Y después de eso marcho  a ver al pequeño Ariel.
Le encantaba contemplarlo y se quedaba horas mirándolo atónito.
Su hijo, un niño sano y fuerte. Un niño que solo lo miraba con anhelo y curiosidad.
A veces intentaba acercar su mano a su rostro pero el pequeño rompía en llanto y entonces la mano se le agarrotaba y no podía moverla mas que para alisarse el pelo.
A menudo Andrea solía mirar la escena distante , en un segundo plano.
Pero eso el no lo sabia.
Le extasiaba alejarse de todos aquellos mancos viendo la perfección que exhibía el cuerpo de su hijo.
Y tras un minucioso análisis se marchaba de nuevo a dormir o al menos a intentarlo.

Ya mas relajado no temía enfrentarse de nuevo al sueño ni a sus catastróficas consecuencias.
Volvería a encontrarse con todos aquellos niños mancos y les diría con orgullo que su hijo nunca podría parecerse a ellos.
Que lo único que había heredado con el cordón umbilical eran un par de rasgos comunes y un montón de miedos,fobias,sueños,traumas y deseos inconfesables.
Que nunca seria un lisiado.

Pero los niños no se inmutarían.
Y lo mirarían con la misma cara atónita con la que el contemplaba a Ariel. Queriendo diluirse en su realidad pero sin pertenecer a ella.



Mientras en un punto remoto aquellos niños eran producidos por unas pastillas para los vómitos.
La herencia congénita era una verdadera putada.
Uno nacía quebrado sin saberlo y debía enderezarse los huesos con la maña de un cirujano.

A veces las malformaciones eran claras y consisas pero otras veces uno podía pasar años sin notarselas en la piel.

Hasta que le asediaban en el sueño un par de niños mancos.