Hace ya un tiempo que he apagado la luz.
Las cortinas se han cerrado y el ruido de fuera poco a poco se ha ido evaporando hasta convertirse en un eco lejano y distante.
Pocas personas entienden lo que es eso.
Pocas personas comprenden de lo que verdaderamente se trata.
Estar completamente a oscuras sin siquiera vislumbrar un rayo de sol pero saber que por dentro eres como una antorcha que hace pequeña cualquier tiniebla amenazadora.
La vida es un cuarto a oscuras. Tenue y a la vez brillante.
Las personas que nos rodean están tan perdidas como nos hayamos nosotros.
Pero que pese a toda esa oscuridad y confusión alguien logre ver lo mucho que desprendemos por dentro debe ser lo mas parecido a la felicidad.
Porque cuando una persona puede ser consciente de la belleza de la vida con solo mirar a otro; todo merece la pena.
Algunos están tan acostumbrados a la oscuridad que se vuelven como los topos.
Ciegos, noctámbulos, confundiendo el día con la noche.
Confusos, perdidos, nostálgicos de todo lo que ha acontecido.
Conocedores de toda verdad ajena, pero ciegos ante la evidencia.
Porque aunque muchos no lo sepan, la felicidad existe.
Como un amante esquivo siempre espera impaciente en la habitación.
Pero la tristeza es un amante caprichoso y cruel. Y cada hora que nos dedica amenaza con poseernos.
Sus pequeñas y concienzudas visitas solo están ideadas para hacer que cuando la otra haga aparición , cada uno encuentre un motivo para saber que la vida vale la pena.
Pero es tanta la oscuridad que nos rodea que no nos damos cuenta.
Dejamos de esperar. De soñar, de creer en la vida.
Dejamos de sonreír.
Dejamos un hueco en la cama para que la tristeza nos abrace y pensamos que no merecemos otra cosa.
El victimismo es la única manera de seguir con vida para algunos.
Pero la vida es demasiado corta para elegir un compañero de cama tan cruel y dañino.
"cuando una persona puede ser consciente de la belleza de la vida con solo mirar a otro; todo merece la pena."
ResponderEliminarEso, cariño, es de lo más bonito que he oído en mi vida.
Un beso, señorita.
A veces, cuesta sacar de la cama la tristeza, sacarla de nuestra vida. Pero sí, es cierto, la felicidad existe y la encontramos donde menos imaginamos y, cuando llega, entendemos lo estupendo que es vivir. Besotes, chica lista
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