sábado, 17 de septiembre de 2016
Kamikaze
Quise hacer una memoria que no borrara cualquier fallo del sistema.
Un archivo al que siempre pudiera acceder sin tener en cuenta lo imprevisible de existir.
Lo inestable de sobrevivir.
Quise reunirlo todo en un intento por conservar la entereza.
Pero olvide leer la letra pequeña.
Estaba demasiado concentrada en recopilar esos detalles preciosos que hacen de vivir un arte que supera cualquier tragedia.
Y le sobreviví a la vida.
Hice daño y me hicieron daño.
Y dolió. Me mostró que mi cuerpo y mi mente no me pertenecían.
Que solo era un caos contenido que podía estallar en cualquier momento bajo cualquier apariencia.
Que mi existir era tan precipitado como una de esas bombas que se accionan con cualquier movimiento.
Pero aun así puedo contemplar la vida y seguir pensando en que es la cosa mas bella que voy a poseer nunca.
Me alegro de ser una de esas personas que se arrojan al vació sin tener en cuenta lo maltrecho que les quedara el cuerpo después.
Uno de esos entes procaces que han llegado a su limite antes aun de conocer el significado de este.
Esos que se caducan antes de fecha a fuerza de probarse asi mismos hasta agotarse.
Si me extingo, si me marchito antes de tiempo. Si a veces me pierdo, si no me contengo.
Si ves que mi caminar firme y seguro se vuelve lento.
Si me ves caer. Si ves que mis flaquezas son un abrigo que no me calienta en invierno.
Si me he vuelto uno de esos textos encriptados de difícil comprensión.
Si alguna vez quererme se vuelve algo fraudulento.
Quiero que sepas que lo intento.
Nadie me enseño a vivir. He ido aprendiendo a caminar a fuerza de superar obstáculos, andando ciegamente entre multitudes buscando un rastro de mi misma. Golpeándome con lo afilado de mi sombra. Queriendo aquello que esta hecho para subtitular todas las palabras de amor para las que no hay transcripción.
Quiero que sepas que lo intento.
Me quede atascada en el verbo pero sigo pronunciando cada día.
Recordándome palabras.
Subrayando lo que me sobrepasa.
Buscando un poco de paz en todos mis infiernos.
Porque tenia miedo de que el tiempo me devorara. Porque se me agotan los segundos cuando todo se paraliza a mi alrededor. Porque un te quiero es un arma mortal , un trabajo de riesgo sin seguro, una trampa para inexpertos.
Y yo quiero querer con esa certeza de poder desnudarse sin miedo a que la mirada ajena sea esa luz que deje a la vista la flaqueza y no las envuelva luego.
Con esa certeza de saber que los ojos son un vació que ha olvidado lo que significa mirar.
Que simplemente cubren lo que no comprenden. Que encuentran un todo en la nada.
Que aman deprisa para no congelarse por dentro.
Porque esa es la única forma de vivir que tengo. La única que conozco. La única que quiero.
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