sábado, 5 de julio de 2014

Por besarnos con deleite los labios nos hicieron de piedra.



La fama es un vino que te endulza los labios y te nubla el cerebro. Hace a tus sentidos distorsionarse y a veces encuentra amigos en quien posa solo su mirada en las cosas que a su antojo alumbra de vez en cuando el sol.
Hace de tu piel un lienzo donde reflejar un brillo desbordante que solo Sorolla podría conseguir.
Pero cuando estés a oscuras y todo este en silencio no confíes en esos de verbo fácil y sonrisa ligera.
Los que nos hacen etéreos no están ahi para recogernos cuando caemos.
Los que nos hacen etéreos se nutren de nuestros fracasos, de nuestras caídas.
Quieren nuestra mediocridad para poder comprender la suya.
Nunca les atrae esa llama que arde por dentro e ilumina la mirada.
No esperan pacientes tras la puerta por la grandeza.
Son los mismos bárbaros que santifican a un pobre perdedor y luego hacen trizas su cadáver disputándose la mejor parte para bordarsela a la chaqueta.
Los buitres a veces no anuncian su presencia. A veces solo te sonríen y te hacen algun halago.  A veces son los que te brindan la mano. Los que te dejan su sedienta saliva como ultimo estigma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario