sábado, 18 de mayo de 2013
INcoherencias
Toda mi vida ha sido así.
O me detestas o me quieres.
O estas conmigo o estas contra mi.
O formas parte de mi vida plenamente o abres la puerta para no volver jamas.
No admito cambios de sentido, ni paradas, ni semáforos que no llevan a ningún sitio.
No soporto perder el tiempo unida a una ilusión y no a un ser de carne y hueso.
No puedo perder el tiempo. Detesto engañarme a mi misma.
No me gusta dejar espacios vacíos En mi interior me gusta tenerlo todo amueblado, rencor, cariño e indiferencia.
Si alguien se ha marchado considero una desfachatez reservar su sitio vació.
Siempre he vivido de la incoherencia, de las jugarretas del destino.
He vivido épocas donde la incertidumbre era una simple pasatiempo y donde creía que yo manejaba mi propia tela de araña.
Pero he sido una ilusa para variar.
Nunca he tenido el poder de manejar el destino, haga lo que haga siempre va dos pasos por delante.
Pero esta vez no me voy a quedar quieta viendo como todo se desmorona o se rehace.
Por primera vez en mi vida me apetece saber con quien puedo contar y con quien no.
Quien es mi amigo y quien es mi enemigo.
Quien va a dejar marca y quien va a reaparecer solo para hacer acto de presencia.
Los demás dicen que soy drástica.
Pero en algunas cosas no puedo ser de otra manera.
Conmigo no hay muchas opciones.
El amor o la completa indiferencia.
Y me gusta saber a quien puedo y debo dedicar cada una.
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Realmente no hay término medio entre el amor y la indiferencia, no en el mundo de las relaciones de pareja...
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