sábado, 16 de agosto de 2014

Inadvertido




La vida es un dogma que se aferra a mis pies instándolos a compartir comunión con la tierra.
Pero yo tengo la vista fijada en el cielo. En el amplio y azul cielo. Y solo busco cosas que me ofrezcan romper esa absurda comunión que une mi cuerpo con los que lo alquilaran cuando yo ya no pueda ni deba pagar esta terrible hipoteca.
Siempre ha sido así. Siempre he buscado en lo ideal y lejano ese barco en el que embarcar cuando el camino este lleno de obstáculos. Cuando el camino presente lo cercano y admisible como lo unico a lo que se puede aspirar.
La anatomía no me dio unas alas con las que poder surcar mares y atravesar estrechos.
Pero me basta cerrar los ojos para poder volar y mis letras son las alas que me hacen elevarme sobre las miserias y la absurda dictadura del presente.
Así que vuelo.
Vuelo sobre ti. Vuelo sobre ellos. Sobrevuelo sobre mi propia vida.
Y las veces en las que caigo, las veces en las que mi cuerpo se queda fijado a la tierra solo me recuerdan que debo volar mas alto, que debo volar con mucha mas fuerza.
La vida es un dogma que me insta constantemente a presentar mis plegarias pero yo no creo en el modo de vivir que me propone.
Yo no creo en sus sistemas y en sus modos de clasificar a la gente y las relaciones.
Yo vivo bajo mi propia norma, mi propia ley.
Me basta mi aliento y mi palpito como únicas creencias.
Nunca me conforme con la  única brújula que mis pies ofrecían.
Lo que me hace inmaterial  y etérea es lo unico que le da solidez a mi presencia.
Sin eso  que para los demás pasa inadvertido y no representa nada para mi sin embargo el dia a dia no mereceria la pena.

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