El whisky y el vodka lo habían hecho olvidar todo lo ocurrido el día anterior.
Salvo la mañana. Aquella mañana donde Amelia le había hecho una visita después de aquellos dos años de incertidumbre se había quedado guardada en su memoria.
Sepultada en lo mas profundo de sus recuerdos.
-Eres una decepción-le había dicho.
Y el se había reído, se había jactado de ella y de sus criticas sin pensarlo dos veces.
La habia echado a patadas de su casa gritándole que la opinión de una zorra no le importaba absolutamente nada.
Le habia citado las palabras de los mejores críticos del país, las alabanzas que se había aprendido de memoria con gran orgullo. Le había comentado el numero de lectores que tenia, el numero de ventas que había conseguido. El puesto que ocupaba su libro en los mas vendidos.
Era numero uno. Numero uno. El mejor,el mas leído,el mas admirado.
La puta revelación del año y ella no era nada.
Una fulana venida a mas que seguía trabajando en el mismo bufete de abogados. Una fracasada sin aspiraciones que se había quedado anclada en unas ideas juveniles.
Y entonces ocurrió.
De repente,sin que pudiera impedirlo.
Amelia lo miro con una mueca . No de desagrado o enfado. Si no de pena,de una profunda pena que nunca había visto en su cara.Ni siquiera cuando lo encontró en aquel hotel con aquella rubia exuberante y le pidió el divorcio.
Se aparto de el y comenzó a andar hacia el ascensor y cuando pensaba que se iba a marchar, cuando creia que había ganado,cuando una sonrisa empezaba a surcar la comisura de sus labios. Entonces ella se giro y comenzó a hablar.
-Quédate con tus críticos. Esos que un día te cubren de halagos y aprecian tu gloria y al otro se divierten con tu miseria. Eres la nueva revelación de este año. Has aprendido bien que lo principal para vender libros no es el talento, sino la falta de alma.
Y entonces se marcho. Se marcho y es curioso que lo ultimo que pensara cuando el alcohol pudo con su cuerpo fue en sus palabras
''Lo principal para vender libros no es el talento,sino la falta de alma''
Y entonces sus ojos se fueron cerrando lentamente.
Que sabría ella. El talento era algo que no bastaba para llenar los bolsillos.
La creatividad era una musa extinta.
En la que cada día creía menos gente.
Zafon lo sabia,Ken Follet lo sabia, Dan Brown lo sabia, Federico Moccia también.
El alma era algo anticuado.
Buenísimo.
ResponderEliminarNo puedo decir otra cosa.
Buenísimo.
resulta halagador que ''Charles bukowski'' me diga eso.
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