España es el tabaco que mascaba y escupía un rudo labrador contemplando como oscilaba la sombra de un galgo muerto que el mismo había colgado por no rendir con su trabajo en un frondoso alamo.
España es la sangre coagulada que mancho la tierra que pinto el cuerpo de Lorca, ese poeta que todos nos enorgullecemos de que lleve la patria en la sangre pero al que mato España. Porque esa España que amo Lorca con toda su riqueza y contraste fue la que se revelo contra su poesía y la lleno de silencio.
Es un anuncio bien logrado, con un mensaje valiente y que consigue emocionarnos y el poder de emocionarse en España es tan vergonzoso que hemos de sepultar el talento de dos o tres minutos al convertirlo en montones de parodias cínicas que visionar a golpe de click.
España es el rojo y el negro siempre luchando por teñir una bandera que no tiene color.
Son los montones de parados que salpican las calles a pesar de nuestra indiferencia.
Es la libertad guiando al pueblo con un saco de oro en una mano y las correas de mil esclavos que se rebelan en un tweet en la otra.
España es patria y la patria siempre es parodia.
España es la sombra recortada y monstruosa de un gran imperio.
Y mientras otros ven en su bandera su talento yo persigo una bandera que no lleve bordado tanto sinsentido, tanta sensibilidad combatida a hierro, exiliada a algún país extranjero.
Porque a mi cuando me hablan de España me hablan de pobreza, de miseria, de robo y fraude, de manipulación versátil, de memoria histórica tergiversada, de crueldad.
De campos y carreteras que están llenas de huesos de animales nobles y fieles que no han sabido adaptarse a su ocupación de utensilio del campo o parte del envoltorio de un regalo.
De muertos y muertos enterrados en fosas que a día de hoy a algunos nos sangran en el pecho con la misma fuerza que sangro el pecho de Lorca.
Porque España mata y de vez en cuando para atraer el encanto lejano intenta resucitar a sus muertos pero a los que los amamos nunca nos dice en que fosa descansan sus cuerpos.
Y cuando la marca España se hace tan espesa que uno debe estrellar un coche en la sede de algún partido político de mierda en algún pueblo de mierda es sinónimo y fruto de la locura aunque sea la muestra mas lógica de seguir cuerdo.
Porque España ante todo, España ese pais de pandereta es un país muy cuerdo.
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