Podría hacer una de esas entradas que te hacen replantearte todo lo que has conseguido a lo largo del año y todo lo que se te ha ido de las manos.
Hablar de las personas que se han marchado de un modo brusco de mi vida o de las que se han alojado en una pequeña parte de mi interior.
Pero no tendría sentido.
Porque creo que cada una de las palabras que he escrito en este blog a lo largo del año lo relata de una manera mucho mas coherente.
Supongo que cada año es un proceso de golpes bajos y momentos de gloria.
Que las perdidas y las ganancias se tambalean en las manos del azar y al final todo consiste en llegar en el momento exacto o en perder un autobús.
Cada día es un proceso de aprendizaje y cada uno de los actos que realizamos. Desde los banales hasta los mas profundos, desde las decisiones triviales hasta las complejas marcan un hito.
Porque toda acción conlleva a un acontecimiento inesperado y algunas de las consecuencias que acarrean nuestros actos son decisivas.
A mi nunca se me ha dado bien pensar en que sera de mi el día de mañana.
Tal vez por eso a veces haya tomado decisiones erroneas y fatales.
Sin embargo creo que las prefiero.
Porque si he llegado a donde estoy no creo que unos cuantos desvíos en el camino me hayan hecho mal.
De hecho vivir es perderse para lograr encontrar el camino o tal vez saber uno.
El año pasado una de las personas mas sabias que conozco me dijo que todo en la vida consistía en marcarse pequeñas metas, en atreverse a hacer cosas que nunca te has planteado o para las que te ha faltado valor o fuerza.
Ahora se que todo depende de improvisar, de olvidar poco a poco el dialogo aunque haya muchos que insistan en recordartelo a cada minuto.
Siempre he sabido que vivía en un escenario y creía que me eran indiferentes los aplausos y los abucheos.
Pero siempre nos acaba golpeando una parte de lo que causamos.
Ahora se que no vivo de los que atienden de manera pasiva a la escena sino de los que suben al escenario y la emprenden conmigo a besos o a golpes.
Muchas veces he llegado a pensar que ese tipo de personas no existen.
Pero por mucho que sea una escéptica, uno siempre se lleva sorpresas.
Creo que uno adquiere mas conciencia de si mismo a base de perder cosas.
No me trago a la gente que cuenta siempre con los mismos amigos, con las mismas relaciones.
Porque al final todos crecemos y vamos desechando y ganando a nuestro paso.
Y creo que no todas las derrotas son tan trágicas como se las pintan porque en algunas ganamos lo mas importante: la capacidad de decidir por nosotros mismos.
Supongo que nochevieja solo ha sido creada con el pretexto de volvernos a todos unos nostálgicos que se masturben viendo albumes de fotos de relaciones pasadas.
Pero a veces hace falta mirar fotos antiguas. Verse lleno de granos y con cara de incomodidad.
Recordar a esa persona que creías haber olvidado pero te viene de vez en cuando a la cabeza.
Y sobre todo fijarse en lo que hay en la escena.
A veces la realidad, lo que mas ansiamos esta justa enfrente de nuestros ojos.
Y pasamos la vida, ensimismados, mirando a un punto muerto.
Sin avanzar, sin comprender.
Sin darnos cuenta que el pasado ya no tiene arreglo.
Que por mas que elijamos el futuro para volver a poder viajar a el en una maquina del tiempo, no hay modo de recuperar lo que ya esta roto.
Lo único que nos queda es el presente.
Y nuestro único cometido es ir creándolo día a día.
Porque a veces lo aparente no es lo que mas necesitamos.
Y son esos detalles absurdos que siempre hemos pasado por alto los que hacen que todo valga la pena.
Si alguno ha llegado a este punto de la narración solo me queda felicitarle un feliz y jodido año nuevo.