domingo, 28 de octubre de 2012

Eclosion.





Colocabas tus cartas sobre mi cintura creyendo que mi ombligo se convertiría en el foco de una luz que pudiera iluminar toda la oscuridad que te rodeaba.
Guardabas recelos y conjeturas cosiendome certezas en las piernas con la total seguridad de que se convertirían en verdades.
Me plegabas palabras en los labios y me pintabas de tus anhelos o carencias pensando que se convertirían en algo tangible y totalmente distinto.
Pensabas que la abstracción era fácil y que podrías transmutarme en mi piel sin sentir todas las fisuras.
Pero mi vida era un agujero negro que me aislaba de todo desenlace configurado de antemano.



Manabas de mi como los insectos manan de una luz artificial.
Aferrándose a algo por inseguridad o pereza.

Y yo también pensé durante demasiado tiempo que era artificial.

Pero lo único artificial había sido encontrarte.


Pensé que algunas perdidas me sumirían en una total negrura.
Que mis ojos se acostumbrarían a la nitidez de la luna y que mis sentidos se agudizarían con la noche.


Había olvidado que tengo el poder de iluminar la luna con un pestañeo y volver toda su oscuridad en un leve rayo del sol.


No necesitaba tu mirada asombrada para darme a conocer que desprendía algun tipo de destello.



Yo siempre brille.



Pero nunca lo supe.


Pensaba que era tu mirada la que me hacia brillar.



Pero era mi propio brillo el que hacia que tu surgieras de entre tu túnel de negrura y vislumbraras por fin algo de intensidad.



Estaba confundida.



Puedo reinventarme miles de veces con o sin ti.



Tu mirada no me hacia mas grande sino infinitamente mas pequeña.


A ahora que te has ido juego a conjurar destellos en mitad de la penumbra.

Y sonrió mas.

Porque tu perdida siempre fue una victoria .


Tenia unas alas plegadas bajo los brazos pero ahora recuerdo que antes solía volar.


Así que eclosiona, destruye, desarme, miente, engaña, daña.



Ningún golpe me hará olvidar quien soy.



Había olvidado olvidarte.
Pero hoy he recordado lo fácil que era.


Y el otoño que fuiste se me ha deshecho en las manos.

viernes, 26 de octubre de 2012

Quiero que me violes






con tus palabras.

Le dijo una tarde cuando apenas se podía distinguir el brillo del sol.

Y el armo y desarmo el verso como si fuera el propio organismo de un ser humano.

Pero cada vez que intentaba desarrollarlo en el papel , las palabras se le escurrían y se escapaban de su poder.

Quiero que me violes con tus palabras recordaba haberle oído decir.

Pero sus palabras eran tan lejanas que le resultaba extraño tenerlas tan presentes.

No recordaba su rostro apenas aunque recordaba haberlo dibujado a la perfección en tan solo un segundo.
Pero sus palabras veraces y fuertes estaban clavadas en un lugar de su mente.

Con el tiempo conjuro miles de lineas en honor a aquel amor pasado que tanto le atormentaba.


Cuando escribió su primer libro le preguntaron a quien se lo había dedicado.



Pero no supo hablar de aquella mujer sin sentir pudor o vergüenza.

Lo cierto es que no recordaba su nombre.

Solo el inmenso caudal de placer y frenesí que le había hecho sentir.





Pablo era así.

No sabia diferenciar la realidad de la ficción.
La vida se le quedaba demasiado corta.

Siempre habría un camino novedoso que no podría llegar a recorrer, una persona desbordante que nunca llegaría a conocer , una aventura sorprendente que nunca podría llevar a cabo.

En su mente las fisuras eran agujeros negros que lo conducían a otros destinos que no vivían de la materialidad.


La realidad física era una simple prisión.

Por eso cuando le incitaron a recordar a aquel gran amor al que dedico su libro nunca supo precisar  que aquella presencia tierna , perversa y llena de fogosidad no era mas que una musa escurridiza.


Que aquel arrebato de pasión y frenesí sin limite no era mas que la creatividad


''Quiero que me violes con tus palabras''

Y lo cierto es que lo había conseguido.


Extasiaba.


Llegaba al limite de las fronteras físicas y mentales de cualquier extraño.

Liberaba a la mente de la corporeidad y la dejaba subyugada bajo un embiste de extrañeza.

Era como eclosionar su cuerpo con otro.
Era como dibujar su territorio en el limite de otro y rebasar sus barreras.
Era como conquistar un territorio desconocido.



Porque escribir tal vez era una aventura tan desbordante como amar.
Y uno empezaba a matizar la vacuidad de otro sin tener en cuenta el pavor de perder su propia identidad.

lunes, 22 de octubre de 2012

Una sola respiracion





no dota al cuerpo de vida.
Por mucho que se bombee el corazón y se tome el pulso de una muñeca la propia existencia no asegura la consecución de la vida.

El cuerpo ejecuta miles de movimientos diarios por minuto.
Los músculos se tensan o se relajan, los ojos reciben un leve cosquilleo y ejecutan múltiples funciones motoras.
El engranaje de los latidos sigue funcionando aunque no haya nada que impulse al corazón a balancearse.


El propio respirar, el apoyar el pie en el suelo con firmeza y notar cierta seguridad en los muslos no dota a la conciencia de la capacidad de afirmar su propia existencia real.


Lo único que nos percata de la propia vida, lo único que nos dota de realidad son los propios errores.


Son los errores los que al fin y al cabo nos aseguran de la propia vida.


Son los errores los que nos hacen vivir.





Una vida sin errores es algo por lo que no merece la pena pasar.


Porque son los errores los que le dan sentido, color y forma a toda la grandeza que llevamos dentro.




Asi que no te engañes.


Vivir hoy para algunos solo es un sinónimo mas de esconderse de la muerte.






Sin saber que la muerte esta ahi.


Los ha atrapado en la red de sus propios miedos y los ha anestesiado de indiferencia hasta el punto de afrontar cada día con la inercia del anterior.



Y puede que asi todos pasemos de actores principales a simples observadores.






Escondiendo la pasion del triunfo o el fracaso bajo el manto de la inseguridad y de la fobia injustificada.




Olvidando que vivir es arriesgarse.





Arriesgarlo todo.

sábado, 20 de octubre de 2012

Su abuelo solía llevarlo




 a la casa de la montaña cada invierno.
Solían pasar horas pescando. Pero aquel invierno , el atroz frió y la espesa capa de hielo inmensa que había cubierto el sendero que llevaba hasta el rio, habían imposibilitado la operación.

Un día mientras intentaban calentarse pegados a aquella chimenea, alguien toco la puerta.

Era aquella mujer extraña que vivía en la casa de al lado del rio.

Joseph miro a su abuelo y vio una punzada de terror en sus ojos.
Siempre le habían enseñado a confiar en las verdades universales que las expresiones de los demás mostraban.
Su madre solía decir que toda verdad residía en los ojos.
Por eso aquel día un nudo de miedo le bloqueo la garganta.

Solían decir muchas cosas de aquella mujer.
En el pueblo se contaba que había hecho un pacto con el diablo para que le confiriera poderes mágicos  que la dotaran de la capacidad de sanar a los pueblerinos con raros ungüentos y objetos extraños.
Solían decir que caminaba desnuda sobre la nieve y que había asesinado a su marido y a su hija, que habían sido enterrados quince años antes por unas gripes que asolaron a la población.
Se basaban en el asesinato e ignoraban la enfermedad debido a que el día del funeral, aquella extraña mujer se había recluido en su casa y no había marchado a despedirlos.

A partir de aquel día no salio de casa pero siguió curando enfermos.

Le extraño que su abuelo le abriera la puerta a la bruja pero no dijo ni una palabra.
Se sentaron al lado de la chimenea y tomaron un te de hierbas.


Le inquieto ver a su abuelo tan nervioso pero pensó que era la presencia de aquella mujer y los chismes de los pueblerinos lo que lo tenían en aquel estado.
Intento leer los ojos de aquella mujer pero no pudo hallar ninguna verdad.
Se diría que resultaba totalmente inverosímil como todo el hielo de la entrada.
Existía por condición propia no conducía a ningún análisis interesante.

Por mas que intentaba leer en su mirada solo veía una inmensa capa de hielo que le daba miedo cruzar.


La mujer miraba fijamente a la chimenea como queriendo que el calor le derritiera el frió de las venas pero la desdichada no conseguía calentarse.

Nadie dijo una palabra en media hora , hasta que su abuelo lo mando a acostarse.

El no quería dejarlo a solas con aquella mujer pero se marcho a la cama y estuvo dando vueltas indeciso hasta después de media noche.

Antes de que el sol cubriera de luz la nieve , bajo las escaleras y la escena que contemplo lo dejo atónito.


Su abuelo y la mujer estaban recostados en un colchón , al lado de la chimenea.
Los brazos de el envolvían sus hombros y una mirada de placidez cubría su cara.
La mujer miraba distraída hacia el vació y ni siquiera se percato de su presencia.


Era la primera vez que vio a su abuelo sonreír pero no puedo pensar mas que en que  estaba embrujado.



A la semana siguiente su abuelo estuvo realmente agitado.

Solía sollozar por las noches y se retorcía en violentos espasmos en sus pesadillas.


Joseph creía que estaba embrujado porque apenas le dirigía la palabra desde la visita de aquella extraña mujer y por mas que quiso leer algo en su semblante solo hallo dolor y tristeza.

La mujer no volvió a la casa por mas que su abuelo mirara la puerta fijamente.

Las paredes se llenaron de moho y de recuerdos y el hombre no podía hacer mas que salir  a pescar para espantar aquellos momentos de ansiedad.

Siempre animaba a Joseph a acompañarlo pero el niño tenia demasiado miedo a aquel invierno atroz y nunca se animaba a ello.


Una mañana fue tanta la insistencia del viejo que tuvo que ponerse un abrigo enorme y acceder a sus peticiones.

El hombre caminaba con paso decidido sobre el hielo sin mirar nada mas.

Cuando hubieron bordeado el sendero que rodeaba el rio  a Joseph lo invadió una sensación atroz de pavor y se marcho sin atender a las exasperantes llamadas de su abuelo.


El viejo no volvió aquella noche ni tampoco a la mañana siguiente.


Pasaría mucho tiempo antes de que nieto y abuelo se volvieran a encontrar.

El entierro se ejecuto a la semana siguiente cuando hubieron sacado el cuerpo del anciano del rio.


Contaron que estaba encogido con una extraña sensación de placidez en los labios.



Nadie culpo a la extraña mujer que vivía al lado del rió pero todos supieron que había sido ella la que lo había conducido a dar aquel paso fatal.


En especial Joseph.


La gente decía que aprendía toda su magia oscura de libros.

Contaban que quien iba a aquella casa quedaba impregnado de moho y de recuerdos.
Que la turbadora mirada de aquella anciana le helaba el corazón a cualquiera y que encontrar una brizna de calor en sus manos era todo un reto imposible de ejecutar.


Decían que vivía rodeada de libros y de gatos salvajes que resistían a las grandes temperaturas y que eran en realidad espíritus malignos.







En el fondo lo unico que aterraba a la gente era su conocimiento.


Aquella mujer sabia de retorica y no creía en las casualidades.
Se servia de las paginas de los libros para enhebrar su mensaje y se escondía de las habladurías con una falsa inexpresividad.


Conocía las grandes verdades y había llegado al limite de la vida y de la muerte con la ayuda de unos versos.

Tenia el secreto de la felicidad en los labios y el de la tristeza infinita pegado en las pestañas.


Una mujer que elegía como compañía un par de libros estaba maldita para aquellas gentes.


 Y joseph lo sabia.



Lo supo el día en que vio aquella extraña sonrisa en la comisura de los labios de su abuelo.





Una mujer que traía tanta felicidad con un simple silencio estaba abocada a cosechar la tragedia en el corazón de un hombre.

Porque sabia que amar se trataba de eso.

Y a Joseph que buscaba la verdad absoluta en la simpleza de una mirada y no quería hallar inquietud o pregunta alguna, aquello siempre le dio miedo.







miércoles, 17 de octubre de 2012

La gente nunca cambia





Moldea su mentira o su verdad.
Su ineptitud o su eficiencia.
Transforman partiendo de los cimientos toda la maldad o la bondad que poseen.


Van reptado en su pesimismo  o en su ilusión hasta convertirlos en conceptos que intenten ocultar lo que son.


Intentan rehuir la hora en la que la fuerza de lo que realmente poseen se haga poderosa y despedace al personaje que quieren ser.


Pero ahi algo que tiene mas poder sobre ellos mismos.


Las cualidades y los defectos nunca cambian.




Tan solo se perfeccionan.



Es mejor no engañarse.




Los sentimientos mas profundos se mantienen intactos año tras año.



Son la vergüenza , el pudor o la inseguridad los que los intentan evitar.



Pero en un mundo donde nada es natural todavía queda una pequeña parcela de autenticidad dentro de las personas.




Porque aunque cambiemos de color de ojos, color de pelo, peso corporal y añadamos letras o símbolos a nuestro cuerpo.
Aunque intentamos crecer a base de destrozar o reinventar nuestra apariencia física.
Pese a que intentemos cambiar aspectos externos de la personalidad como los gustos, la afinidad,la ética o la moral.


Uno puede reinventarse tramo a tramo, física o mentalmente, pero lo cierto es que el corazón nunca cambia.









Tanto para el que carece de el o el que lo posee.




Y el tiempo antes o después nos hace participes de este hecho.



A nosotros.


Y a todos los que nos rodean.





Antes o después cada uno queda expuesto como lo que es.



Lleve la mascara que lleve.

sábado, 13 de octubre de 2012

Max era un huérfano que







Fue adoptado para trabajar como mano de obra en una granja cualquiera.
Como todo huérfano de película tuvo que pasar una buena temporada dentro de la casa de unos degenerados.
Una mujer neurótica y fracasada, su marido alcohólico, y la bestia enfermiza e instintiva de su hijo.
Como toda buena película melodramática Max no pasa por todos esos tópicos solo.
Lo acompaña una joven llamada Greytell que fue abandonada junto a sus hermanas por su madre.


Se me puede tachar de simplona o de sentimental.
Que un cine tan lineal me gusta puede parecer bastante raro.


Que mas da.



''Der verdingbub'' es una película que nos llega al corazón en algunas escenas.

Cuando Greytell consigue escapar de la granja y llegar a su casa pero su madre que es mantenida por un tipo ya no la acoge.
No se limita a montar una pataleta ni a encolerizarse.
Acaricia la cara de su madre y se despide.


Cuando marcha a ver a Max después de el tratamiento al que la somete la película.

 Y ahi los ves.



Hablando sobre Argentina, sobre planes de futuro, sobre vivir en una casa mejor.
Y por un momento te sientes tremendamente triste.


Porque no son mas que dos fracasados condenados a un destino lleno de penalidades y dramas de sobremesa.

Pero cuando Max toca su acordeón y Greytell canta aquella canción sientes que lo pueden conseguir.


Que de verdad queda una mínima y escasa posibilidad para que escapen del horror de una vida de servidumbre por unas personas perversas y logren alcanzar sus sueños.




Y sabes lo que va a ocurrir a continuación pero te sientes orgulloso.


Porque una simple escena ha sido capaz de condensar la vida en unos escasos  segundos.


Porque no ha necesitado de gran excentricidad ni tampoco de crudeza.


Porque son niños a los que se les ve sometidos a las peores atrocidades pero pueden seguir cultivando una pequeña parcela de entusiasmo por la vida.



Y lo demás importa una soberana y reverenda mierda.



Porque uno sabe que esta ante algo real.



Algo tan horroroso ,degradante,triste y doloroso como la realidad.

Pero también tan esperanzador,lleno de coraje y cargado de supervivencia como la propia vida.


Porque las mejores películas son las que nos hacen sentir como la mejor pero también como la peor raza.




Las que nos hacen sentir ruines y mediocres, cargados de maldad.


Y a la vez capaces de producir la mayor belleza.


Por todas estas cosas recomiendo esta película.


Una mañana una panda de ladrones




de medio pelo dieron un golpe en el banco general.
A esas horas Luisa acababa de salir a comprar con su hija Esther.
Esther había pasado una neumonitis muy grave pero ahora que se había recuperado quería llevarla a comprarse aquellas botas de agua que le había pedido hacia semanas.
Por el camino recordó que no llevaba nada de dinero y entro en el banco.
El banco estaba semi vacio y no se veía el ajetreo que habitualmente solía inundarlo.
De repente Esther se aferro a su brazo aterrada.
Dos hombres armados con pistolas entraron y les indicaron que guardaran silencio mientras le daban ordenes al cajero.
El pobre hombre intento tener un acto de heroísmo.
Posiblemente el único en su vida.
Intento llamar a la policía pero un balazo le fulmino la cabeza.

Esther sollozaba escondida bajo el regazo de su madre mientras Luisa contaba los minutos del reloj deseando que aquel día temible pasara rápido y veloz.
Empezó a susurrarle a su hija uno de esos cuentos que le narraba por la noche mientras los hombres se llenaban los bolsillos de dinero.

La niña pareció tranquilizarse a medida que avanzaba la narración.

Los cuentos siempre habían tenido un poder sugestivo que nos hacia aislarnos de todo el horror de la vida y concentrarnos en una pequeña parcela de imaginación donde por unos minutos estábamos a salvo de la dura realidad de vivir.

Pero aquellos hombres, ajenos al suceso que se estaba aconteciendo, hablaban nerviosos entre ellos.


-Deberíamos volarles la cabeza Johny, tu sabes que no es bueno dejar testigos.

-Tal vez solo a la madre, esa mocosa debe tener cosa de cuatro o cinco años. No recordara nada de lo sucedido.

Una vez decidieron llevar a cabo su plan hasta el final , no dejaron a Luisa narrar el final de la historieta.

Al mismo tiempo que Johny disparaba hacia la madre, Ismael le pego un tiro a la hija.




Uno siempre se plantea cuales son los pensamientos finales de una persona que apunta hacia la cabeza de un niño.
Siempre se pregunta si la mano no le tiembla, si el sudor no se acumula en su frente.
Uno siempre se pregunta si no acude la duda a su mente.

Johny había decidido dejar viva a la niña por aquello pero pese a considerarse mejor que su compañero ambos habían compartido el mismo sentimiento al apretar el gatillo.


La perdida total de emociones y de sentimientos.


Johny pensaba guardar el dinero del golpe para pagar la custodia de su hija y hacer que Lucrecia creyera de nuevo en su capacidad de superación.
Ismael quería viajar a Panama para fundar noseque negocio.

Nunca habrían planeado el golpe si no se hubieran encontrado por casualidad.


Cuando se hubieron marchado con las manos llenas de sangre y de dolares el banco se quedo desierto.







La policía no pudo comprobar el incidente hasta la mañana siguiente. Estaban demasiado ocupados investigando un asunto de drogas.
Cuando llegaron encontraron a las dos victimas desnudas.
Alguien se había llevado sus ropas.


Posiblemente el par de mendigos que solían dormir allí por las noches se las habían llevado y habían dado un telefonazo a la policía.




El ser humano era así. Otro depredador. No respetaba la vida o la muerte.
Se colocaba en el sitio que otro había ocupado y se servia de sus pertenencias.
Era la lucha del mas fuerte. La supervivencia.


La policía se quedo atónita al contemplar de cerca las expresiones de la madre y la hija.



La mujer tenia la mirada perdida y la niña lucia una sonrisa serena en el rostro.


Cualquiera hubiera dudado de sus expresiones al comprobar el horror que habían vivido

Pero parecían tan lejanas,tan ausentes....


Levantarse una mañana y comprobar que un asesinato como aquel se había llevado a cabo era lo mas atroz de la vida de un ser humano.


Pero las personas siempre se sentían satisfechas al saber el inicio y el desenlace de una obra.



Nadie se preocupaba por el nudo.


Nadie se preguntaba el porque de esa serenidad y esa calma en un momento tan crucial.





El mundo era una maraña de horror y tristeza pero a veces en mitad de aquel caos al que uno llamaba vida una madre le narraba un cuento a su hija y hacia de su miedo una ilusión.









Y el mundo por aquellos escasos minutos parecía un lugar mucho mejor de lo que era.

jueves, 11 de octubre de 2012

Bla....Bla......Bla



No hay final que enuncie un principio.
No hay epilogo que me nombre sin recurrir a frases cortas.


Que ardan todos los versos que hablan de mi para relatarme.
Que se consuman en la indiferencia de sus propias vocales.


Nunca hubo lugar para esa verborrea barata.

La vida solo cobra sentido cuando a uno lo estigmatizan en una de esas grandes pasiones u esos rencores viscerales.


Lo demás es todo mentira.

Lo demás es todo un decorado innecesario.







Porque cuando el corazón se tambalea nervioso o la rabia se agolpa en el pecho uno encuentra irremediablemente su lugar en este mundo.
Y puede aferrar su pie al suelo sin tambalearse o perder el equilibrio.









La única manera que tiene alguien de salvarnos es amarnos u odiarnos.




El hombre sin el ego no es nada




                         Ni tampoco nadie.


Escoge meticulosamente las prendas con las que revestir a su cuerpo cada mañana.
Se siente tan desnudo como una catedral en cimientos. Necesita colores vistosos, armonía  sincronizando  sus partes.
No le bastan los cimientos, necesita estilizarse para creer que conserva su verdadera forma.
El hombre sin el ego no es nada.
Y por eso no centra toda su atención en la ropa que hay encima de la cama.

Ayer cuando cerro aquel caso tan complejo se cruzo con una chica en un semáforo.
Tenia su mirada clavada en sus ojos.
Su boca era grande y torcía su sonrisa en un gesto insinuante.
Claramente lo estaba incitando a algo mas, claramente estaba apelando a que se chocara con ella de improvisto y le preguntara su nombre.
Quizá podrían tomar algo en una cafetería cercana a su casa y luego posponer el encuentro en un pub.
Las copas y el alcohol tal vez la llevaran a su cama.
Quizá leía a Poe y le recitaba un cuento mientras intentaba inducirla al orgasmo.
Puede que abandonara la elegancia que ese vestido negro ceñido la hacia exhibir.
Quizá fueran solo mascaras que escondían su fogosidad.

Puede que decidiera quedarse una hora mas. Puede que su trabajo la exasperara y la llenara de vulgaridad.
Puede que aquella cama fuera el único modo de escapar de la monotonía.


La vida depende de un instante.
Todo nace,muere y se transforma en cuestión de segundos.


De repente el semáforo golpea brutalmente a su fantasía.
Nadie ha cruzado pero un chorro de sangre puebla la acera.

Intenta parar el tiempo pero es el tiempo el que juega a paralizarlo a el.

Se tropieza con el espeso liquido y sus pies se llenan de tinta.

La vida de un soñador es difícil en el mundo real.


Cruza el semáforo ensimismado y descubre al joven que esta detrás de el.

Aquella mirada nunca estuvo destinada a seducirlo.

El destino ya había echado sus lazos.

Pero en aquella apesadumbrada mañana era tan agradable y tan tierno creerlo.

Tal vez, para algunos, de esos momentos dependa la vida.



Pero la vida no es así.

No es tan bella ni tampoco tan elegante.

No escuchamos esa especie de banda sonora que enmarca lo que somos cada vez que cruzamos un semáforo.
Al otro lado de la acera puede que el destino no haya decidido jugar con nosotros y lo mas posible es que se haya emborrachado , embriagado de si mismo, y se haya quedado dormido en cualquier acera.

Nosotros en cierto sentido también estamos dormidos.


Adoramos el sueño. Porque en el sueño podemos ser libres.

Y deseamos escapar de la dureza y la frialdad de la realidad mediante el.

Nos drogamos de sueño, enfermizos ante la indiferencia.


Pero un día un paso mal dado nos descubre que Rimbaud no era un joven prodigioso si no que era un joven que lo único que ansiaba era escapar de si mismo.

Como nosotros.

Como todos.

Porque la rutina y lo monótono nos agobian y siempre ansiamos lo que no hemos rozado con la yema de los dedos.





Estamos perdidos.




Eso no era lo mas importante.


Eso era solo ego y conformismo.


Pero el hombre sin el ego no era nada.

El hombre sin su colosal montaña de posibilidades no era nada.


Nos habían hablado en la escuela de que nuestra madurez seria prodigiosa.
Nos habitan llenado de posibilidades que nunca se agotaban.
Todos los caminos estaban disponibles.


Nadie nos contó nada acerca de lo mas importante.


Nadie nos contó nunca nada acerca de lo que de verdad importaba.















Somos esclavos de nuestros sueños porque nunca nos hemos atrevido a ser totalmente libres.



martes, 9 de octubre de 2012

La despertaron al alba


y la vistieron con aquel vestido rojo.
Tenia el miedo clavado en la mirada y el nerviosismo se cobijaba bajo sus sienes como una termita se acomoda en un sillón viejo.
Le quitaron los zapatos y la hicieron andar.
El suelo estaba lleno de inmundicia y desechos.

Los que habían cruzado aquel sendero habían dejado una parte de su desidia germinando en la tierra.

Las piedras afiladas y los pinchos del camino le dejaban los pies doloridos.
Pero daba igual porque cuando había dado cinco pasos acostumbrada a esa árida y seca vegetación  de repente aparecía un terreno lleno de belleza y la contemplación de aquel nuevo paisaje la llenaba de esperanza.

Por el camino llevaba una maleta con todas sus pertenencias.
Y debía arrojar una al suelo para recobrar la agilidad de sus pies.

Ese era el trato que había hecho con la muerte para poder disfrutar de la vida.

Uno solo podía avanzar dejando de lado los objetos que mas amaba.

Las muñecas que escucharon atentas y sonrientes sus cuentos infantiles ahora eran seres despedazados que miraban absortas el horizonte.
Se desprendió de juguetes y atlas.
De vestidos con ribetes y zapatos de talla infantil.

Poco a poco la perdida insustancial llego a ser mas inmensa.


Un día su pelo ceniza se rebelo contra el viento y abandono el trenzado que los delicados dedos de su madre habían plegado sobre su cabello.

Los objetos se convirtieron en algo insignificante y la perdida se esbozo realmente trágica.

Se perdieron calles que uno había creído reinar, cafés donde se había matado el tiempo para evitar que lo matara a uno.
Los rostros que mas se amaban fueron perdiendo su color y nitidez hasta convertirse en simples bustos sobre los que no se había trazado detalle alguno.
Mudaron las expresiones, las maneras y las poses...
El tiempo enfrió lo que tenia el poder de hacer palpitar el universo.


Las estrellas se le calleron a los pies y se fundieron con el sol.

El cosmos planeaba ser el único gobernante de sus pulgares.


Su piel la fue abandonando como abandona la serpiente sus mudas.

Ya no oía voces que la encaminaran a andar pero debía seguir haciéndolo.

La vida había impuesto sus reglas.






La única manera de avanzar era retroceder en lo  ganado.



Pero cuando el mundo estallaba bajo sus mejillas se alegraba de no tener nada mas que sus pies como motor.



Porque el camino lo era todo.





La despertaron al alba y le dijeron que dejaría de ser una niña.
Se acuno con canciones infantiles hasta que el sol prendió su ventana.


La muerte tomo su pequeña mano y la estrecho en ese agujero negro que es el tacto de su piel.

Los ojos se le llenaron de lagrimas.



Pero fue ese roce el único que dio forma al gran amor que sentiría por la vida.



Solo estrujando la mano de aquella déspota que robaba lo mas preciado que tenia , era consciente de que los segundos, los minutos y las horas mas cruciales eran suyos.



Y ya no tenia miedo.

Y caminaba aunque hubiera trazado su propio sendero con los restos de lo que había creido ser.




Porque sabia que en eso.



En caminar...
En perder...
En ganar....







Que en eso y solo eso consistía la vida.





En rehacerse a uno mismo a partir de los cimientos una y otra vez.









Aun cuando creas que nada puede unir tantos fragmentos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

En el año 5000



se produjo la revolución de la palabra.
La población se quedo muda y ante su falta de léxico y de defensa verbal hicieron comités que pedían no ya la palabra original sino un sucedáneo de la misma.
El sinónimo se convirtió en la nueva causa y se acabo legalizando su venta.
El único problema es que no se podía acceder a tales sinónimos así como así.


El sinónimo que por excelencia buscaba ser el nexo que uniera a dos palabras del mismo significado acabo por canjearse por antoninos.
La gente acudía buscando nombrar el amor y acababa confundiendo su significado con el odio.
Querían ternura y la dotaban de indiferencia.
Entusiasmo revestido de apatía.
Ilusión convertida en  desgana.
Pasión convertida en frialdad.

Pese a devolver a su habla con esa podredumbre de vocablos, la población no se quejo.
Acepto sonriente la completa distorsión de lo que enunciaban como su manera de hacerse entender.
Y hicieron de su discurso un lema y de su palabra un arma con la que defenderse de agentes externos.


En mitad de la revolución de la palabra alguien oso contradecir el buen funcionamiento de la lengua y murmuro una frase tal y como la sentía.
Sin servirse de sinónimos, de antónimos y sin falsear el léxico.

De inmediato el individuo fue duramente castigado.



Pese a la sobriedad de sus ropas y a su falta de cobardía quedo seriamente desprotegido.

Ocurrió un día de improviso.

El golpe fue brutal.


Se habían olvidado de citar que lo mas importante en la revolución de la palabra era que la palabra tenia el poder de dejarlo a uno completamente desnudo.
De despojarlo de escudos y de protección contra el mundo.
Esa desnudez era tal vez mas bochornosa que la física.

Y por eso cuando el individuo X murmuro unas palabras obtuvo la respuesta que mas le satisfacía.


Pero lo que se le otorgo como un brote enorme de sinceridad, se horneo durante varios años.

Y cuando pensó que nada podía alterar su bienestar, descubrió que el fruto que había estado cuidando tan celosamente solo era un sinónimo asustado que se había servido de similitud para esconder una verdad degradante y terrorífica.
Su falta de certeza, sentido y credibilidad.

Pero era ese uso de sinónimos el unico que permitía al que no conocía el poder de la palabra ser libre, resistir al tiempo y usar la mentira como modo de lucha.


Porque el mejor escondite de la mentira siempre había sido un exceso de sinceridad absoluta.



En el año 5000 la revolución de la palabra sembró el pueblo de una apariencia de normalidad y serenidad extremas pero bajo esa capa de perfección se escondía algo mas.


El silencio se convirtió en el único recurso que le daba al individuo la certeza de saberse parte de este mundo y de sentir plenamente.





Por eso los mejores momentos comenzaron a formarse de silencios.


En el silencio nadie tenia miedo de confundir una coma con un punto y aparte.


Era la única tregua que el poder de la palabra había concedido a la libertad individual de cada amante.



martes, 2 de octubre de 2012

Llevaba años tejiendo su vida entre bambalinas




Viviendo de la magia como método de supervivencia y luchando contra el azote del día a día con un truco nuevo con el que dejar boquiabierto al publico.
No era fácil.
El trabajo de mago no era un trabajo nada fácil.
Debía vivir en una especie de agujero oscuro sumido en la ficción  ,rodearse de criaturas inteligibles y dedicar toda su energía a realizar maravillas que se esfumaban en segundos.
Pese a la dificultad , los trucos se aprendían con tiempo y mucha precisión.
El ejercicio continuado era su mejor consejero.
El verdadero talento de su obra no era suyo.
El mago necesitaba algo mas que un simple truco con el que embelesar al publico.
El mago necesitaba la complicidad absoluta del publico y para ello necesitaba una ayudante que introdujera un ápice de complicidad con los espectadores y dotara de mas credibilidad el espectáculo.
Elegir a la ayudante no era fácil.
No consistía en que fuera una chica bonita o fea.
Debía tener ese halo de ilusión que se ve en muy pocas personas.
Su vida debía estar basada en la incertidumbre y el factor sorpresa debía ser su modus operandi.

Debía ser una adulta pero sus ojos debían tener la simplicidad de los de un niño.
La delicadeza y la entrega tenían que ser sus mejores armas y los placeres instantáneos serian con los que mas disfrutaría.

Era difícil encontrar a alguien así.
Lo había comprobado en la mayoría de las ocasiones.

Había intentado buscar a la chica perfecta en cada calle de aquella ciudad pero nunca había logrado dar con alguien que tuviera la medida exacta de su obra.
Buceo en cada café y en cada bulevar pero aunque viera a mujeres bellas y intrigantes, lo que era una invitación al escepticismo , pronto se convertía en un destino fácil de prever.
A veces se engañaba contemplando una puesta de sol ensimismado en sus propios pensamientos.
Y cuando miraba a su alrededor creía tener una sombra pegada a los talones, pero solo era alguien que rompía el silencio hablando deprisa por su celular.

Había tan pocas personas que se deleitaran con la simple contemplación de la vida.
Tan pocos que hicieran del café un ritual y de las gotas de lluvia una obra de arte.
Existían tan pocos que supieran contemplar con frenesí un amanecer y emocionarse viendo las estrellas.

Escogió a su ayudante de imprevisto.

Un día paseando en la zona mas turística diviso a una chica que hacia pompas de jabón enormes.
Usaba un mecanismo algo rudimentario y que carecía de precisión.
Y las relucientes burbujas se evaporaban en segundos pero su belleza era incalculable.

Le basto un minuto para darse cuenta de que había llegado al fin de su bus queda.

Miro los ojos de la chica y comprobó que tenían un halo distinto al de todos los que viciaban aquella calle.

En sus ojos había magia.

En sus ojos vivía todavía un halo de fe en lo desconocido.
Una pequeña parcela destinada a la irrealidad, en un cuerpo que estaba cansado de realidad, de monotonía , de rutina y mendicidad.

Un pequeño milagro que todavía creía que en algo tan efímero y transitorio  como una pompa de jabón gigante residía toda la belleza del mundo.

El ya estaba perdido.
Sabia cada truco con la antelación de un aficionado.
Pero ella...
Ella creía en la magia.
Y la fe era el arma necesaria para cautivar al que ha abandonado todas sus creencias.

Porque la propia creencia no nacía de la belleza innata sino de la creencia en la propia belleza.
Creencia que parecía incierta en un mundo donde el horror era la ley de cada una de las vidas y donde todo tenia un desenlace que no requería mucha imaginación.


Porque la imaginación era la clave de todo.

Y era la única causa que podía devolver a un adulto la felicidad fugaz y milagrosa de un niño.